Puede que a veces sintamos cierta aversión a las reacciones de nuestros hijos/as o alumnas/os. Quizá nos molesta la apatía que vemos en ellos o el modo en que se relacionan con sus amistades o nos produce un profundo rechazo ver se mueven a veces tan cerca de situaciones riesgosas.
Sin embargo, cuando reaccionamos automáticamente rechazando estas actitudes y se lo hacemos saber, solemos alejarnos más de ellas/os, pues en el fondo se sienten juzgados y no aceptados.
Mindfulness nos trae la posibilidad de entrenar nuestra capacidad de soltar y confiar. En la práctica meditativa entrenamos esta capacidad cuando aparece aversión o rechazo a alguna tensión física, a un pensamiento o a otros fenómenos. Ahí, en lo sutil practicamos el acto de nombrar, de validar todo lo que aparece en el espacio de la mente creando así la posibilidad de soltar, pues no podemos soltar lo que no es ni siquiera visto. Después lo dejamos ir.
Soltamos todo prejuicio, también la tendencia de la mente a clasificar la experiencia según si me gusta o no me gusta. Soltar es como abrir la mano para dejar de asir o agarrar algo.
Al soltar nos abrimos con confianza al momento presente. Esa confianza es la misma que se requiere cuando estás en el agua y flotas. Si quisieras agarrar el agua te hundirías. Pero en cambio, cuando te relajas, flotas.
Estas actitudes podemos llevarlas también al acompañamiento a adolescentes. Cuando sentimos que les embarga la apatía o cuando llegan malas notas, cuando transgreden un límite… Soltar el juicio que despierta el rechazo o el apego a la realidad y confiar en la experiencia del momento presente, nos permite entablar una comunicación más cercana, en la que se refuerza el vínculo y en la que podemos llegar a acuerdos.
No se trata de dejar que hagan lo que les de la gana, se trata de poder acompañarles recordando que siguen necesitando la presencia adulta para poder regular sus emociones y poder sentir la confianza necesaria para explorar la vida sabiendo que siempre pueden contar contigo.
Minfulness para un momento difícil con un adolescente
Cuando sientas el tironeo del rechazo o el apego a alguna realidad relativa a un adolescente, mira a ver si puedes parar, cerrar los ojos, nombrar eso que sientes (ej: ahora hay rechazo en mi) y después hacer algunas respiraciones profundas, dejando que la exhalación sea en forma de bocanada lenta y total. Luego recuerda que ese momento es una oportunidad para reafirmar la confianza en la relación y en ella o el. Confía en ti, puedes hacerlo.
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