¿Por qué la atención es tan importante?
Alan Wallace en su libro “La revolución de la Atención” dice: “Pocas cosas afectan tanto nuestras vidas como la facultad de la atención. Si no la podemos focalizar– porque esté agitada o bien, lo contrario, adormecida- no podemos hacer nada correctamente. No podemos trabajar, ni estudiar, ni escuchar, ni siquiera hablar con alguien, o incluso dormir. Y la atención en muchos de nosotros está alterada gran parte de nuestro día. Sin duda alguna, si mejoráramos nuestra facultad de atención, nuestras vidas mejorarían dramáticamente”.
Y es que la experiencia de este momento, y de cada momento de nuestras vidas, viene profundamente marcada por aquello a lo que prestamos atención. De hecho, nuestra felicidad y nuestro bienestar mental y emocional dependen en gran manera de ello.
¿Crees que si un optimista y un pesimista pasaran un día juntos tendrían la misma experiencia al final del día? ¿En qué habría puesto la atención cada uno?
¿Y si te pasaras todo el día fijándote en aquello que puede ir mal en cada momento? ¿Cómo sería tu día? ¿Y tu vida?
Y es que aquello a lo que le prestamos atención se convierte en nuestro mundo.
Por ello en Mindfulness entrenamos la atención, para poder ponerla donde nosotros queremos y que no nos arrastre continuamente hacia las preocupaciones, hacia lo que nos parece "amenazante" o a perdernos en fantasías. Podemos llevar la atención durante nuestro día a observar las pequeñas cosas a nuestro alrededor, la luz del Sol reflejada en los árboles, el sabor sutil de una cálida taza de té, el sonido de los pájaros, una mirada amable de un desconocido, el tacto suave de la mano de un niño... Y también prestamos esa atención activa, amable y sin juicio al amigo que nos cuenta algo que lleva en el corazón o a ese alumno que necesita alguien que le escuche...
El entrenamiento de la atención puede permitirte literalmente cambiar tu vida.
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