Necesitamos sonreír más porque a todos nos gusta que nos sonrían. Sonreír y reír aumentan el bienestar, pero a medida que hacemos la transición de la niñez a la edad adulta, a menudo nos olvidamos de sonreír tanto como solíamos hacerlo. Aquí hablamos sobre los beneficios de una sonrisa y lo que puede hacer para ponerse de humor con más frecuencia.
Sonreír te hace más atractivo. Mejora tu estado de ánimo y el estado de ánimo de todos los que te rodean. Y es infeccioso [1] e incluso te hace vivir más tiempo [2]. ¿Sabías que incluso nacemos sonriendo? Los ultrasonidos han encontrado que los bebés sonríen en el útero y, después de que nacen, continúan sonriendo en su mayoría, especialmente mientras duermen.
¿Cómo la sonrisa afecta tu cerebro?
Cada vez que sonríes, tu cerebro se siente realmente feliz. Sonreír activa la liberación de mensajeros para sentirse bien que trabajan para combatir el estrés [3]. Estos mensajeros te ayudan a experimentar una amplia gama de emociones, desde la felicidad hasta la tristeza, la ira y la depresión. Cuando una sonrisa cruza tu rostro la dopamina, las endorfinas y la serotonina se liberan en el torrente sanguíneo, lo que no solo hace que su cuerpo se relaje, sino que también actúa para disminuir la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Las endorfinas son analgésicos naturales, 100 por ciento producidos naturalmente por su propio cuerpo, sin los efectos negativos de los medicamentos [4].
¿Cómo la sonrisa afecta tu cuerpo?
Cuando sonríes, la gente te trata de manera diferente. Se le considera atractivo, confiable, relajado y sincero. Los científicos descubrieron que ver una cara sonriente atractiva activa la corteza orbitofrontal, la región en el cerebro que procesa las recompensas sensoriales. Esto sugiere que cuando ves a una persona sonriendo, en realidad sientes que estás siendo recompensado.
¿Cómo la sonrisa afecta a otras personas?
Sonreír es contagioso, porque la parte de tu cerebro que es responsable de tu expresión facial de sonreír cuando estás feliz o imitando la sonrisa de otra persona está ubicada en la corteza cingulada, un área de respuesta automática inconsciente [5]. En un estudio sueco, a los sujetos se les mostraron imágenes de diferentes emociones, como alegría, miedo, ira y sorpresa. A los participantes se les dijo que fruncieran el ceño cuando se les mostrara a una persona sonriente. En cambio, como ya habrá adivinado, los participantes se hicieron eco de las emociones de la gente en lugar de seguir las instrucciones del investigador.
¿Cómo reír y sonreír con más frecuencia?
Sonríe y ríe más a menudo: el cerebro no reconoce la diferencia entre una sonrisa falsa y una real. Si te sientes deprimido o notas que no has sonreído por un tiempo, finge una. Cuanto más a menudo finjas una sonrisa, es más probable que la sonrisa se convierta en un hábito más natural.
Mire programas de televisión, películas y teatro divertidos: al evitar los medios negativos, puede equilibrarse para sentirse más alegre y feliz, y tendrá una verdadera razón para tener una gran sonrisa.
Pase tiempo con personas positivas: rodearse de personas optimistas y amantes de la diversión sacará a relucir su lado alegre y su comportamiento se contagiará y le levantará el ánimo.
No siempre podemos controlar lo que nos sucede, pero sonreír y reír con más frecuencia puede realmente cambiar su experiencia interna y externa, e iluminar su perspectiva de la vida. ¡Así que sigue sonriendo!
Artículo publicado en Neuronation. Traducción realizada por del equipo de Mindfulness en Educación.
Sources:
[1] Hatfield, Elaine; Cacioppo, John T.; Rapson, Richard L. Clark, Margaret S. (Ed), (1992). Primitive emotional contagion. Emotion and social behavior. Review of personality and social psychology, Vol. 14., (pp. 151-177). Thousand Oaks, CA, US: Sage Publications, Inc, xi, 311 pp.
[2] Abel E. and Kruger M. (2010) Smile Intensity in Photographs Predicts Longevity, Psychological Science, 21, 542–544.
[3] Seaward BL. Managing Stress: Principles and Strategies for Health and Well-Being. Sudbury, Mass.: Jones and Bartlett; 2009:258
[4] R.D. (2000). Neural correlates of conscious emotional experience. In R.D. Lane & L. Nadel (Eds.), Cognitive neuroscience of emotion (pp. 345–370). New York: Oxford University Press.
[5] Sonnby–Borgström, M. (2002), Automatic mimicry reactions as related to differences in emotional empathy. Scandinavian Journal of Psychology, 43: 433–443.
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